Esta es la historia de Tsukushi, una protagonista con mucho ánimo y lo suficientemente cabezota como para aguantar el tipo delante de su contrapartida, Domyoji, que durante toda su vida ha tenido siempre lo que ha querido con sólo pedirlo. . . o gritarlo. Los conflictos de No me lo digas con flores están mucho más cerca del mundo real de los institutos, sin importar que éstos se encuentren en Japón u Occidente.
*No me lo digas con flores está en Japón en las listas de los 10 mangas que más han marcado a sus lectores, incluyendo todas las franjas de edad. Y no es de extrañar, ya que este shojo se sale de lo que estamos acostumbrados a ver.
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